El único tratamiento realmente efectivo es la cirugía. Esta técnica consiste básicamente en extraer el cristalino opaco.
Durante la intervención se realiza una pequeña incisión de menos de 3 milímetros en la córnea. Acto seguido, se elimina la catarata a través de ultrasonidos y, por la misma incisión, se coloca una lente intraocular que reemplaza el cristalino opaco.